PEREGRINO: PIDENOS TODO LO QUE NECESITES, PERO POR FAVOR, NO NOS EXIJAS               




PREPARARSE PARA EL CAMINO


Lo primero y, antes que nada, hay que informarse leyendo sobre la historia de la peregrinación a Compostela, hay un extensísimo catálogo de publicaciones que nos acercaran a los diferentes temas Jacobeos, así como guías y mapas. Y todavía mejor es acudir a alguna de las Asociaciones de Amigos del Camino ya que nos podrán ayudar y asesorar sobre el tema.

Es conveniente hacer un plan de etapas previo con anterioridad al inicio del camino, teniendo siempre en cuenta que su distancia diaria normal es de 20 a 30 kilómetros aproximadamente. 

Igualmente es muy recomendable:

Programar unas primeras etapas cortas para luego ir sumándoles más kilómetros.

Hacer un entrenamiento previo. Te tendrás que dedicar previamente, y durante unas semanas, a realizar caminatas de una hora cada día para ir aumentando el tiempo progresivamente, así hasta llegar a las 4 o 5 horas, o bien hasta caminar un total de 20 a 25 kilómetros, teniendo en cuenta que una caminata de una hora, sin pararse y a un ritmo normal, se efectúan aproximadamente entre 4 y 5 kilómetros.  

Al principio el entrenamiento lo podrás hacer cómodamente y sin peso, pero conforme vayas avanzando en el ejercicio, y encuentres tu tono, deberás de ir añadiendo peso a la mochila, ya que la deberás de llevar puesta puesto que ella te acompañara constantemente en el Camino. 

Y lo más importante, este entrenamiento lo deberás de hacer con las mismas botas que tengas pensado hacer el Camino, y más si son nuevas y están sin “domar”, recuerda, que de todo aquello que vas a llevar, lo más importante es el calzado.

Consulta los albergues y posibles alojamientos.  Esta información es básica para poder hacerte la programación de las etapas y poder así poder prever donde vas a terminar cada una de ellas. Para los grupos grandes es aconsejable buscar una alternativa diferente a los albergues, debido a estos tienen una capacidad limitada en muchas ocasiones.

Y recuerda que la peregrinación a pie está al alcance de todos, aunque no se sea un atleta, eso sí, siempre que sepan dosificar las fuerzas y las posibilidades físicas.

 

 


 


 

 

 

 

 
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